Con tantos grupos de networking, startups, encubadoras de negocios y muchas reuniones y grupos más, que recientemente han dado auge a explotar nuestra creatividad y emprendimiento al máximo, y en formas a veces tan divertidas, hemos visto como gran cantidad de personas se acercan a nosotros tan entusiasmados en sus ideas pero igualmente afligidos por no encontrar la contraparte con la experiencia técnica capáz de ejecutarla. El contexto general y la pregunta común de todos ellos suele ser esta: “He tenido una idea fabulosa rondando en mi cabeza por varios días que creo producirá bastante dinero si la puedo canalizar bien… ¿conocen a algún desarrollador o programador que estaría interesado en asociarse conmigo?”
¡Que fácil se hace decirlo a la primera!, pero la tarea involucra mucho más que conseguir simplemente un experto en tecnología con su tiempo libre para implementarla.
Aquí les compartimos lo que han venido a ser 3 factores críticos del por qué ’emocionar e invitar’ a un desarrollador programador a tu proyecto no es tarea de un día.
La idea debe ser válida para negocios
Uno de los grandes temores para cualquier sociedad es la factibilidad, validéz y posible efectividad del negocio. ¿Hay compradores potenciales? ¿Alguien se ha interesado en ello? ¿Se están dando las condiciones correctas? de no ser así, ¿se pueden crear las condiciones?.
El desarrollador espera que quien le invite a un posible negocio sea una persona que, de no haber arrancado su proyecto yá, haya hecho su gran parte como es estudiar el mercado, analizar las posibles opciones de ventas, tener clara la idea del negocio, presentar las condiciones en las cuales se trabajaría, entre otras cosas.
Comenzar la idea sin necesariamente incluir el desarrollo del producto
Son muchos los negocios que se han iniciado con la creación del más mínimo prototipo – nada les impidió arrancar – y en muchos casos han logrado capturar ventas iniciales, clientes potenciales, seguidores de proyectos, grupos de interés y una base de capital que en muchos casos es elemental.
Todo esto depende de la organización del creador del proyecto. Esto demuestra sus cualidades y capacidades profesionales tan primordiales para cualquier proyecto. El desarrollador técnico puede claramente entender su rol, divisar su dedicación y un sin fín de ganancias, pero lo más importante es que el desarrollador observará en el creador del proyecto con qué tipo de persona está tratando, ¿cuales son sus cualidades?, ¿cuales son sus aptitudes, habilidades, e historial de experiencia en el campo?
Presentarse con un inicio de proyecto en buen pié es un factor determinante en la decisión de convertirse en futuros socios.
No importan las previas relaciones más que los resultados y las acciones
A muchos desarrolladores no les importa el vínculo familiar que puedan tener con la persona que les invita a unírseles. Para ellos, las experiencias previas como pérdidas y/o ganancias, las participaciones y reconocimiento en el sector o la industria, y los resultado de los planes de acción dicen mucho más. El desarrollador técnico esperará tener respuestas a pregunta como las siguientes: ¿qué hará esta persona que va a completar todo el trabajo que esto involucra? ¿cuanta dedicación realmente espera ponerle al proyecto y de qué forma vamos a medir este avance?
Antes de abordar a un posible socio hazte la pregunta con sinceridad, ¿realmente he hecho gran parte de mi labor?